Nos alojamos en un hostel que hay justo al lado del campo de futbol y con vistas a la playita, lo justo para dejar las mochilas y dormir, aunque tiene una terracita en la parte de arriba muy aconsejable para desconexión nocturna.
El siguiente paso, que parecia facil, era alquilar un coche para hacer esta primera mitad del viaje a nuestro aire, de playa en playa hasta el día que tocara ir a explorar el interior. Cogimos un semi 4x4 que no corria mucho pero lo podías meter casi hasta por un rio, hecho más frecuente de lo que parece en este pais donde carretera y camina es dificil de distinguir y por supuesto GPS, increible aparato que le llama camino a cualquier cosa, pero te lleva donde sea, hasta la mismisima playa.
En los días siguientes bajamos hacia el sur en dirección playa conchal, evitando sus precios de turista nos alojamos en un albergue en el pueblo de Brasilito (H.brasilito) ya que su playa se une caminando por la arena con playa conchal (5 minutos). No os cansareis de esa playa, es un verdadero espectaculo (fundamental ir a ver el atardecer) y podeis aprovechar para hacer snorkel.
Los días siguientes fuimos descubriendo otros rincones increibles como playa pan de azucar, potrero, prieta, langosta y playa grande.
Con mi niña intentando agarrarse a un palmera para no irnos de la arena, nos dirigimos hacia nuestra siguiente etapa Monteverde-Volcan Arenal.
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